La Violencia del Amor - Leyendo a Oscar Romero


Habiendo crecido en un ambiente evangélico, mi formación en la fe y la teología fue por mucho tiempo limitado a lo que ahora puedo identificar como la tradición protestante de la iglesia cristiana. Esta, por mejor que sea, no captura la contribución teológica de la mayor parte de la historia de la iglesia, ni tampoco los tesoros en otras tradiciones como la iglesia ortodoxa y la católica.
 

Me di cuenta que parte de esa realidad viene de un sentido de superioridad que no debe tener lugar en la iglesia. Pensar que mi tradición, mi grupo o denominación son los que tienen el mejor entendimiento del evangelio, y por lo tanto no tenemos nada que aprender de otros.  

 

Ha sido una experiencia de mucho aprendizaje leer autores de la tradición católica, de los cuales uno de mis favoritos es Oscar Romero. Además de compartir su nombre, reflexionar en sus palabras y en su vida me ha llevado ha compartir mucho más que eso. Su compromiso con el evangelio, su pasión por la justicia, su valentía al enfrentar oposición dentro y fuera de las estructuras de la iglesia, su compasión con los pobres y marginados, y hasta la manera de su muerte se han convertido en un gran reto y ejemplo para mí. 

 

El arzobispo Oscar Romero fue canonizado por el Papa Francisco el 14 de octubre de 2018, reconociendo una vida de servicio fiel a la iglesia en El Salvador, y morir como mártir a manos de sus perseguidores mientras celebraba la eucaristía el domingo 24 de marzo de 1980 (también se le adjudicó como milagro la sanidad milagrosa de una mujer Salvadoreña).  

 

He estado leyendo el libro The Violence of Love (La Violencia del Amor), que recoge segmentos de sus homilías en las misas de domingos en la mañana, semana tras semana durante los años 1977-80. 

 

Henri Nowen escribió acerca de su experiencia de leer las palabras del arzobispo: “He encontrado un hombre de Dios marcado por su humildad y seguridad, llamándome a la conversión y la acción.” 

 

Les comparto aquí algunas citas del libro que me han hecho sentir lo mismo que menciona Nowen. Las traducciones son mías, ya que el libro lo conseguí en inglés. 

 

“No nos cansemos de predicar el amor, es la fuerza que vence al mundo. No nos cansemos de predicar el amor. Aunque veamos que las olas de violencia parecen ahogar el fuego del amor Cristiano, el amor debe vencer, es lo único que puede hacerlo.” 

 

“La iglesia siempre tendrá una palabra que decir: conversión”

 

“Como quisiera grabar esta gran idea en cada corazón: el Cristianismo no es una colección de verdades que creer, leyes que obedecer, o prohibiciones. Eso lo hace muy desagradable. El Cristianismo es una persona, uno que nos amó tanto, uno que llama por nuestro amor. El Cristianismo es Cristo.” 

 

“Nunca hemos predicado violencia, excepto la violencia del amor, la cual dejó a Cristo clavado a la cruz; la violencia que debemos hacer a nosotros mismos para vencer nuestro egoísmo, y la cruel desigualdad entre nosotros. La violencia que predicamos no es la violencia de la espada, la violencia del odio. Es la violencia del amor, de la hermandad, la violencia que nos lleva a convertir las armas en herramientas de cultivo.” (ref a Isaías 2:4)

 

“Una religión de la Misa del domingo, pero de una semana de injusticia no le place al Señor. Una religión de mucha oración, pero de hipocresía en el corazón no es Cristiana.”

 

“No se midan por sus números . Mídanse por la sinceridad de corazónn con la que siguen la verdad y la luz de nuestro divino redentor.” 

 

“El evangelio es el gran defensor y proclamador de los derechos fundamentales de la persona” 

 

“No son las masas lo que nos debería emocionar, sino la autenticidad, la calidad de Cristianos, su sinceridad en buscar a Cristo.” 

 

“Aún cuando nos llamen locos, cuando digan que somos subversivos o comunistas, y todos los epítetos que usen contra nosotros, sabemos que solo predicamos el testimonio subversivo de las bienaventuranzas, las cuales han virado todo al revés, para proclamar que bienaventurados son los pobres, los que tienen sed de justicia, los que sufren.” 

 

“Tratar de predicar sin referirse a la historia dentro de la cual uno predica, no es predicar el evangelio.” 

 

“Algunos quieren mantener un evangelio tan desvinculado, que no se involucra en lo absoluto con el mundo que pretende salvar.” 

 

“Nos amó. Esa en la primer causa. Dios nos amó, y su amor tomó forma concreta en Cristo nuestro Señor. Cristo delante del enfermo, del ciego, del paralítico, del pecador – esa es la misericordia de Dios, su amor caminando en la tierra.” 

 

“El buen nombre de la iglesia no se trata de estar en buenos términos con los poderosos. El buen nombre de la iglesia se trata de saber que los pobres la ven como suya.”

 

“No me cansaré de declarar que si realmente queremos acabar efectivamente con la violencia debemos remover la violencia que permanece en la raíz de toda violencia: la violencia etructural, la injusticia social, la exclusión de ciudadanos de la administración del país, la represión. Todo esto constituye la causa primaria, desde la cual el resto fluye naturalmente.” 

 

“Este es el pensamiento fundamental en mi predicación: nada es más importante para mí que la vida humana.” 

 

“La vida siempre es sagrada. La sangre derramada siempre clama a Dios.” 

 

“Sabemos que cualquier esfuerzo por mejorar la sociedad, especialmente cuando la injusticia y el pecado están tan arraigados, es un esfuerzo que Dios bendice, que Dios anhela, que Dios demanda de nosotros.” 

 

Esas últimas palabras las pronunció minutos antes de ser asesinado. 

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